UN CEREBRO INTEGRADO, impartida por Estíbaliz Sáez de Vicuña Sáez.
Me siento ilusionada y feliz de poder ofrecer esta actividad para niños y niñas, a partir de 5 años, «Un cerebro integrado».
Es el resultado del amor y respeto que siento por los niños y la necesidad de aportar mi experiencia, intuición y pasión, para apoyarles en su crecimiento y evolución hacia su ser original y el descubrimiento de su propósito vital.
Soy madre y conozco las dificultades que en ocasiones nos encontramos a la hora de comprender las necesidades de nuestros hijos y la desazón que nos provoca no saber cómo ayudarles a crecer y aprender en armonía y coherencia con su naturaleza, desarrollando eso que vislumbramos ya como sus potenciales.
Ser madre y explorar mi sabiduría femenina me ha permitido acompañar durante años a muchas nuevas familias en sus primeros años. Mis hijos han crecido y aunque continúo mi labor con los bebés, con los que me siento tan cómoda y feliz, ese ir abriendo nuevas etapas propias me ha llevado a descubrir nuevos retos y también dificultades en mí misma y en mis hijos a la hora de afrontar su desarrollo y evolución.
Hace 5 años conocí las Esencias Triunidad y su método terapéutico, el Método de Unidad Esencial, de mano de su creadora Carmen Romanelli, comparto con ella mi amor y pasión por la infancia, porque representa en nuestro mundo, lo más cercano a la inocencia y la naturaleza original del ser humano. Proteger y apoyar el desarrollo de sus potenciales forma parte de un propósito compartido.
Esta formación me ha dado la visión de un cerebro que necesitamos comprender en su funcionamiento para poder ayudar a los niños en las dificultades que puedan desarrollar en el aprendizaje académico, pero también en su vida familiar y social, problemas de adaptación, inseguridad, falta de atención…
Un cerebro aprende, es decir integra un nuevo conocimiento, si hay movimiento y emoción asociado. La incapacidad de aprender, que nos lleva a repetir errores, es provocada por la incapacidad de generar el movimiento y emoción apropiado dentro y fuera de nosotros, eso genera "puntos ciegos" en nuestros circuitos neuronales que desconectan las diferentes áreas del cerebro y su funciones principales. Por ejemplo, la información vista, escuchada, sentida, no se procesa correctamente y puede no guardarse como memoria útil o, no se puede elaborar una respuesta adecuada a cada situación concreta.
El movimiento
El MOVIMIENTO es la llave del APRENDIZAJE, lo estimula y lo completa. El cuerpo y el cerebro cuando trabajan en armonía hacen del aprendizaje una experiencia motivadora y estimulante, que nos llena de alegría.
La escuela y la casa deberían ser un lugar lleno de dinamismo y creado para favorecer y alentar el aprendizaje y el estudio a través del movimiento y todo lo que lo favorece, poder desplazarse, caminar, tocar, bailar, dibujar, intercambiar, construir… habilitar espacios y tiempos cada día para correr, saltar, botar, chutar, JUGAR.
En síntesis utilizar todo el cuerpo para aprender, no sólo la cabeza, dejando al resto sentado en una silla, sin moverse.
Aprender disfrutando
APRENDER DISFRUTANDO es hacer que el cerebro y el cuerpo de los niños este bañado por todas las hormonas de la salud y el bienestar, estas van a hacer que sus experiencias se integren por completo en su memoria.
En este ambiente el cerebro y su sistema nervioso se desarrollan y maduran a la vez que crece y se fortalece el resto del cuerpo, desarrollando las diferentes habilidades: sensoriales, motrices, lingüísticas, matemáticas, artísticas… las destrezas cognitivas: memoria, atención, concentración, intuición, creatividad…y la inteligencia emocional: escucha, empatía, compasión…
Cuando llega la etapa escolar, a algunos niños, afrontar los nuevos retos les angustia, entristece, enfurece o les hace sentirse inseguros, desmotivados, diferentes o rechazados porque no pueden seguir el ritmo marcado desde la escuela, o las expectativas de sus padres.
Esto influye y modifica su comportamiento, volviéndose retraídos, tímidos o inseguros, pero también en otros casos agresivos e indisciplinados y en otros abstraídos, desconectados, con problemas de atención o de hiperactividad.
Estos comportamientos son formas inconscientes de pedir ayuda por parte del niño, nos está mostrando su bloqueo e incapacidad para integrar correctamente la información que recibe.
Normalmente el adulto busca corregir el comportamiento "molesto" sin buscar ni resolver la necesidad que lo generó. Esto angustia aún más al niño al que se le pide manejar una situación que no comprende y que escapa de su control por no tener las herramientas apropiadas. Así que utiliza lo que tiene y normalmente suele ser el bloqueo emocional.
Esencias triunidad
Las ESENCIAS TRIUNIDAD y su método terapéutico nos ayudan a identificar y corregir esos bloqueos emocionales y comprender sus comportamientos asociados y condicionados por ellas. Comportamientos repetitivos que el niño no puede evitar.
Con las Esencias Triunidad conseguimos ayudar al niño a salir de este bloqueo y circulo vicioso de emoción negativa comportamiento condicionado- sentimiento de rechazo o no aceptación.
Habilitan nuevas vías neuronales de comunicación fluida entre las diferentes áreas del cerebro, que favorecen y posibilitan la correcta integración de la información que les llega del mundo exterior, modificando de manera positiva su respuesta a través del comportamiento.
Mi propuesta de trabajo en el taller, «Un cerebro integrado» se basa en tres aspectos:
- El movimiento. Ejercicios y juegos específicamente diseñados para activar e integrar todas las áreas y funciones del cerebro.
- La emoción. A través de la música, el cuerpo y la voz vamos a posibilitar el reconocimiento y la manifestación de todas las emociones que podemos sentir. Bailar en libertad, cantar y teatralizar serán nuestras herramientas.
- Las Esencias Triunidad. A través del testaje corporal y las cualidades de cada una de ellas descubriremos el estrés físico, emocional o mental que dificulta la evolución de cada niño en su aprendizaje y desarrollo vital. La Esencia específica genera un alineamiento o re-sintonización del niño con su naturaleza original y todo su potencial.
«Un Cerebro integrado», es una actividad con dos encuentros semanales, lunes y miércoles de 17 a 18h, pero podréis elegir en función de las necesidades de vuestros hijos cuantos días asistir. Además en función de esas necesidades particulares podremos complementar el taller con terapia de apoyo individualizada.
Es mi intención invitar a las madres y padres a que asistáis una vez al mes a las clases para poder aprender las dinámicas básicas y así poder realizarlas en casa cuando sea necesario.